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El plato de la malnutrición y las enfermedades

Los monocultivos reducen nuestras opciones alimentarias y nuestra ingesta de nutrientes. Un ejemplo es el maíz. Puede que no seamos conscientes de ello, pero –disfrazado como está por sus diferentes sabores y apariencias— en gran medida comemos maíz cuando consumimos estos productos: cereales, panes, magdalenas, tortitas, refrescos, mantequilla de cacahuete, tortillas para tacos y aderezos para ensaladas. Además, los alimentos procedentes de los monocultivos tienen un valor nutricional inferior al de los alimentos producidos de forma agroecológica, ya que se cultivan en suelos de baja calidad que requieren importantes cantidades de fertilizantes químicos.

El actual sistema alimentario dominante también agrava la mala nutrición. De las más de 6.000 especies alimentarias cultivadas para la alimentación, menos de 200 contribuyen sustancialmente a la producción mundial de alimentos.

Lo que es aún peor es que solo nueve especies vegetales (caña de azúcar, maíz, arroz, trigo, patatas, soja, palma aceitera, remolacha azucarera y yuca) representan casi dos tercios de la producción total de cultivos del mundo. Esta pérdida de biodiversidad impulsada por el monocultivo provoca la homogeneización de nuestra dieta: comemos alimentos procedentes del mismo número reducido de cultivos básicos, lo que reduce drásticamente nuestra ingesta de nutrientes.

El monocultivo también nos hace más vulnerables a las zoonosis o enfermedades que saltan de los animales a los humanos, como la actual pandemia de COVID-19. Esto ocurre cuando se talan los bosques para obtener más cultivos, lo que hace que perdamos plantas, fauna y otras formas de vida que, de otro modo, nos protegerían de un reservorio de patógenos que causan zoonosis.
Además, el sistema alimentario dominante nos enferma debido a su fuerte promoción de los alimentos ultraprocesados con alto contenido en grasa, azúcar y sal. El consumo de alimentos ultraprocesados desencadena diferentes formas de malnutrición y enfermedades no transmisibles relacionadas, como la diabetes.

¿Somos libres de elegir lo que comemos?

How can we regain power to be able to take decisions regarding our food systems?